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Missions and Mental Health Resources from Ron and Bonnie Koteskey

La Insatisfacción

Lo que los obreros transculturales deben saber la insatisfacción

Ronald L. Koteskey

GO International

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Bill y Beverly habían completado su primer período de servicio (4 años) en el campo y estaban bastante insatisfechos. Al conversar al respecto entre ellos se dieron cuenta de que ninguno se sentía satisfecho de servir como un obrero transcultural. Todavía estaban enamorados pero ambos estaban decepcionados de la manera como marchaba su matrimonio. Los dos amaban profundamente a sus hijos pero sentían menos entusiasmo por su rol de padres ahora, en comparación a cómo se sentían antes de servir transculturalmente. De hecho, tenían menos interés en servir como obreros transculturales del que antes tenían.

Al tratar de analizar a qué se debía todo aquello surgieron estas preguntas: ¿Sería que habían confundido el llamado de Dios? ¿Debían cambiar el lugar de servicio o la agencia? ¿Debían quedarse “en casa”, en su país y convertirse en otra estadística más de obreros que vuelven desgastados del campo? Finalmente, decidieron buscar respuestas en la Biblia y ver lo que ella dice sobre la satisfacción y la insatisfacción.

¿Qué dice la Biblia?

Para su sorpresa, la palabra “insatisfacción” ni siquiera aparecía en la Biblia, al menos no en las traducciones que ellos tenían a la mano. Encontraron muchos pasajes que hablaban sobre la satisfacción pero la mayoría de ellos estaban en el Antiguo Testamento. Algunos versículos eran relevantes, especialmente los que aparecían en Salmos y Proverbios.

Una vez más, para su sorpresa, el Nuevo Testamento tenía muy pocas referencias sobre el tema y la mayoría se refería a estar satisfechos luego de comer lo suficiente. Todo esto resultó de poca ayuda para aclarar su confusión acerca de sus sentimientos de insatisfacción y entonces comenzaron a investigar sobre el tema.

¿Qué han arrojado las investigaciones hechas entre los obreros transculturales?

Poco se ha investigado respecto al grado de satisfacción que existe entre los obreros transculturales y lo poco que se ha investigado está relacionado con el tema matrimonial más que con su satisfacción en general. Sin embargo, se han hecho dos buenos estudios.

En primer lugar, Christopher Rosik y Jelna Pandzic se dieron a la tarea de investigar acerca de los cambios que surgieron entre parejas de obreros transculturales en cuanto a su satisfacción conyugal a lo largo de sus años de servicio. Ellos predijeron que el grado de satisfacción disminuiría durante los primeros años de servicio y luego aumentaría, a medida que la pareja se iba adaptando a la nueva cultura.

Entre 1982 y 2003, Rosik y Pandzic le solicitaron a 28 parejas que contestaran el Inventario de Satisfacción Marital (ISM) tres veces: (1) durante su etapa como candidatos para servir, (2) al final de su primer período de servicio de cuatro años y (3) al final de su segundo período de cuatro años. Los obreros consultados tenían entre 23 y 42 años de edad al inicio del estudio y habían estado casados ​​entre 1 y 16 años.

Tal como los investigadores anticipaban, los resultados arrojaron que la satisfacción marital disminuía durante el primer período de servicio; sin embargo, no aumentaba durante el segundo período de servicio. La edad y el número de hijos no marcaban ninguna diferencia; tanto los obreros de 20 como los de 30 y 40 años de edad se sintieron más insatisfechos con sus matrimonios durante su primer período de servicio y no se sintieron más satisfechos durante el segundo. (“Satisfacción matrimonial entre los obreros transculturales cristianos: un análisis longitudinal desde la candidatura hasta el segundo período de licencia”. Revista de Psicología y Cristianismo, 2008, Vol. 27, pp. 3-15.)

Una segunda investigación, liderada por Stephen Sweatman, también analizó a los obreros transculturales durante su primer período de servicio. Él se enfocó en la relación existente entre la satisfacción conyugal y los síntomas psicológicos. También usó el ISM como instrumento para medir el nivel o grado de satisfacción. Adicionalmente, utilizó índices de medida para la ansiedad y la depresión. Sweatman le pidió a 34 parejas que contestaran los instrumentos y encontró una correlación significativa entre la depresión y la satisfacción conyugal: cuanto mayor es la depresión, mayor es la insatisfacción (“Satisfacción conyugal, estrés por adaptación cultural y las secuelas psicológicas”. Revista de Psicología y Teología, 1999, vol. 27, págs. 154-162).

Estos dos estudios arrojaron que el nivel de satisfacción conyugal podría estar relacionado con otras variables, como los años de servicio transcultural y la depresión. Debido a que estos dos estudios tuvieron como muestras poblaciones a obreros transculturales y se concentraron únicamente en la satisfacción conyugal, surgen otras preguntas adicionales como: ¿Este tipo de disminución en cuanto a la satisfacción puede ocurrir de manera similar en otras personas? ¿Estos cambios en la satisfacción conyugal también indican cambios similares en los niveles de satisfacción respecto a la vida en general?

¿Qué dicen las investigaciones seculares?

Afortunadamente, las preguntas anteriores han hallado respuesta en otra investigación. Boyd Rollins y Herald Feldman estudiaron el tema de la satisfacción matrimonial durante el ciclo de la vida familiar en la década de 1960. En lugar de tomar como referencia la edad de las personas encuestadas, definieron etapas del ciclo de la vida según las edades de los hijos de la siguiente manera:

  1. Sin hijos
  2. Hijo mayor 0-2 años
  3. Hijo mayor 3-5 años
  4. Hijo mayor 6-12 años
  5. Hijo mayor 13-21 años
  6. Primer hijo fuera de casa hasta último hijo fuera de casa
  7. Nido vacío hasta la jubilación.
  8. Jubilación hasta fallecimiento de un cónyuge

Rollins y Feldman encuestaron a 852 parejas estadounidenses residentes de Siracusa, Nueva York, que estaban viviendo diferentes etapas y les preguntaron qué tan satisfactoria era la etapa del ciclo de la vida en la que se encontraban. Descubrieron que tanto los esposos como las esposas estaban más satisfechos con su matrimonio durante la etapa 1 (sin hijos). Luego, su satisfacción comenzó a disminuir a medida que atravesaban la etapa 4 (hijo mayor entre 6 a 12 años) y, finalmente, comenzó a aumentar nuevamente al llegar cerca de la primera etapa posterior a la jubilación.

Afortunadamente, también les preguntaron a las personas si su etapa actual de vida era “muy satisfactoria” en general, no solo en cuanto a su matrimonio. Como se muestra a continuación, Rollins y Feldman descubrieron que en las etapas 1 y 2 (sin hijos o con hijos menores de 2 años) cerca del 70% de los esposos y esposas reportaron que su vida era “muy satisfactoria”. Posterior a eso, hubo una disminución constante en la satisfacción hasta que sólo un 10% de los encuestados dijo que la etapa 6 (cuando los hijos se van de casa) era “muy satisfactoria”. Luego, el porcentaje se duplicó para la etapa 7 (nido vacío) y volvió a subir hasta aproximadamente 70% en la etapa 8 (desde la jubilación hasta el fallecimiento de algún cónyuge). (Satisfacción matrimonial a lo largo del ciclo de vida familiar, Revista del Matrimonio y la Familia, 1970, febrero, pp20-28.)

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Entonces, tanto a los obreros transculturales como a las personas que no lo son les ocurren cambios similares en cuanto a su satisfacción en la vida, durante las mismas etapas y edades; y, además, los cambios en cuanto a la satisfacción conyugal son paralelos a los cambios relacionados a la satisfacción en la vida. Aun así, queda una pregunta: si este cambio referido a la insatisfacción solo le sucede a los estadounidenses o también a personas de otras culturas.

La respuesta a esta pregunta la tenemos gracias a Hannes Schwandt, de la Universidad de Princeton, quien en 2013 realizó un estudio de satisfacción en la vida en Alemania, enfocada en una muestra de población europea. Él encuestó a 23.161 alemanes cuyas edades oscilaban entre 17 y 85 años, a quienes les pidió que calificaran su satisfacción respecto a la vida. Encontró la satisfacción más alta en los encuestados de 23 años, la satisfacción más baja en los de 55 años y alcanzó su punto máximo nuevamente a los 69 años. Su estudio fue publicado por el Centro de Desempeño Económico de la Escuela Londinense de Economía. (http://cep.lse.ac.uk/pubs/download/dp1229.pdf).

De este modo, vemos que las personas que viven en culturas occidentales experimentan un intervalo de mucha insatisfacción a mitad de su vida, sean obreros transculturales o no. En el estudio de Rosik y Pandzic todos los obreros transculturales pertenecían a categorías de edades a lo largo de las cuales la satisfacción iba disminuyendo, de manera que todas las categorías de edades reportaron una creciente insatisfacción durante su primer período de servicio.

Citando las primeras palabras que aparecen al comienzo de la obra “Ricardo III” de Shakespeare, parece que existe un “invierno de descontento” a la mitad de la vida y se trata de un período en el que las personas experimentan mucha menos satisfacción hacia la vida que en otras etapas.

¿Cuáles son las implicaciones?

Durante su tiempo de servicio en otra cultura, los obreros transculturales suelen experimentar cada vez menos satisfacción respecto a sus vidas y es posible que concluyan que es un problema único de ellos o que es resultado de su servicio transcultural. Por supuesto, es probable que una parte de esa insatisfacción tenga su origen en ellos pero necesitan recordar que muchas personas experimentan esa creciente insatisfacción desde los veinte años, antes de tener hijos, hasta mediados de los cincuenta y también cuando sus últimos hijos se van de casa. Por esa razón no deben culpar a Dios ni renunciar al servicio transcultural. Si logran reconocer que, al menos parcialmente, esa insatisfacción es común en la mayoría de las personas, entonces es menos probable que se desanimen y renuncien a su servicio. Es mucho mejor que “florezcan en el lugar donde ya están plantados” que atravesar esos años difíciles viviendo en depresión y haciendo muy poco en favor de la obra del Señor.

¿Hay alguna esperanza de satisfacción?

La etapa 7 del ciclo de la vida menciona el “nido vacío” y es posible que muchos tengan dudas acerca de los sentimientos de dolor y soledad típicos de este síndrome (El Síndrome del Nido Vacío). Es cierto que después de que el último hijo se va de casa algunos padres manifiestan sentirse deprimidos, ansiosos o como que han perdido su propósito. Sin embargo, son muchas más las personas que exaltan los beneficios de esta etapa, como tener más tiempo para el cónyuge o la libertad y el tiempo para hacer lo que han querido hacer durante años. Rollins y Feldman descubrieron que durante los años del nido vacío las probabilidades de que la vida fuera “muy satisfactoria” se duplicaba entre sus encuestados.

Más aun, la mayoría de las personas reportaron poca insatisfacción durante sus años de jubilación. Y alrededor del 70% de las personas en la etapa 8 manifestaron que la jubilación era “muy satisfactoria”, a un nivel igual de alto al que sentían cuando tenían 20 años.

Robert Browning lo expresó muy bien en el poema El Rabino Ben Ezra:

“¡Envejeced junto a mí!,

Todavía nos aguarda lo mejor,

el final de la vida, el origen del principio:

nuestros tiempos están en Su mano,

y Él dice: ‘Todo lo he ordenado;

la juventud sólo muestra una parte; confiad en Dios:

mirad el todo sin temor’”.

Sobre el Autor

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Ron y Bonnie Koteskey son consultores de atención para miembros de Go International.

Han brindado atención a miembros para misioneros desde 1997.